Si ya lo conoces y lo tienes perfectamente localizado, sabes el placer que puede llegar a darte. Si no lo conoces, todavía estás a tiempo de buscarlo, o de buscar algún voluntario para que lo busque y te descubra todo ese mundo de morbo y placer que desembocará en orgasmos increíbles.
El Punto G masculino, también conocido como Punto P, es el gran desconocido de la sexualidad masculina, pese a todo el placer que puede regalarnos. De entrada, tienes que saber que los hombres tenemos nuestro Punto G en la próstata, ese órgano del tamaño de una nuez que cuenta con muchas terminaciones nerviosas que ayudan precisamente a tener orgasmos explosivos si se estimula correctamente. Concretamente, el Punto G masculino se encuentra en en la parte inferior del recto, encima del perineo y debajo de la vejiga.
Si nunca lo has encontrado, experimenta. Solo o en pareja, que es todavía más divertido. De entrada, si estás en la cama, o en la sauna, o en un jacuzzi con un macho, déjale que juguetee con su lengua en el perineo, esa zona hiper mega sensible que está entre los testículos y el ano. Te aseguramos que te pondrá a mil estimulando el punto G masculino desde el exterior.
Y para estimularlo internamente, puedes utilizar un consolador adaptado a la morfología de la próstata, o sencillamente, usar un dedo, tuyo, o del macizo que te acompañe. Sencillamente, tendrás o tendrá que moverlo una vez introducido con cuidado en el ano mediante un sencillo movimiento tal y como si le indicaras a alguien que viniera hacia ti.
Eso sí, recuerda que antes de meter el dedo, o un juguete sexual, tendrás que haber estimulado la zona haciendo lentamente movimientos circulares, y que por supuesto, hay que usar algún tipo de lubricante. Estimulándolo, lograrás un orgasmo increíble que hará temblar tu cuerpo, a diferencia de los orgasmos alcanzados únicamente a través del pene. De hecho, hay tíos que llegan al orgasmo solamente estimulando el punto g, sin necesidad de tocarse su pollón. Y ¿tú? ¿Ya tienes localizado donde tienes el punto P?
Fotografías: Belami